La mayoría de nosotros (la generación «X») crecimos escuchando afirmaciones muy comunes como: — “Es mejor dar que recibir”, «Da si esperar nada a cambio» o “la modestia es una gran virtud” —, una serie de creencias que sobrevaloran y enaltecen al «DAR» y que obviamente restan valor al «RECIBIR», y es así como hemos terminamos incorporando estas afirmaciones a nuestro inconsciente sin saber que existe un equilibrio entre ambos, y eso es lo que crea relaciones sanas de correspondencia y reciprocidad.
En los 10 años, en los que he trabajado como Neuro Coach Personal, he podido darme cuenta que «RECIBIR» es una de las acciones más le cuesta realizar a mis coachees, precisamente por lo que te he comentado en párrafo anterior, cuando estamos trabajando en potenciar sus habilidades para crear relaciones significativas de abundancia, hay un momento en el que no saben cómo actuar, cómo equilibrar… y por un breve momento hay corto circuito en ellos, cuando les explico la relación entre dar y recibir.
El que ama sembrar, también ama la cosecha, y lo mismo pasa con aquellos que son «dadores natos» deben aprender a ser «recibidores natos»
Coach Mike
Esta creencia provoca que muchas personas se rehusen a recibir felicitaciones, reglaos, atenciones, cuidados, favores e incluso un simple cumplido, porque al revisar sus creencias , ellos se dan cuenta han asignado un significado de poca calidad — «Si reciben, ya no tienen mérito como buenas personas, o no quieren parecer arrogantes, engreídas o superiores» —, y se sienten incómodas, avergonzadas y quiere corresponder casi de inmediato, y en forma automática a lo que reciben, de tal manera que le quitan valor a lo que reciben, en lugar de simplemente «Aceptar lo que les dan, y decir Gracias».
La mayoría no comprende que para ser abundante en la vida, hay dejar fluir en la energía que produce el «dar», pero también permitir «recibir» lo que has producido al «dar»… es un círculo energético completo, y que para que tu conexión con la abundancia crezca y se fortalezca, debes practicar tu círculo de dar y recibir.
Me gusta promover esta idea dentro de mis talleres, certificaciones y entrenamientos: — «La importancia de este equilibrio en nuestras relaciones» — Les hablo continuamente de «dar sin apego, y estar abiertos a recibir algo de Dios, el universo, la vida etc. —. Es lo que comparto también a mis coachees, haciéndoles entender lo crucial que es aprender a recibir para fortalecer sus relaciones.
Si no eres consciente de este maravilloso obsequio que nos regala Dios, y si no aprendes a equilibrar dicha balanza, puedes terminar con serias desilusiones, porque no es que la vida no te «Dé» cosas, es más bien que tu estás cerrado a recibirlas, y no es que la abundancia no llegue a tu vida, es que no completas el círculo. Y es que a la larga, nadie aprecia a un “dador nato” y nadie soporta darle perpetuamente a un “recibidor nato”.
A continuación, te comparto algunas preguntas para que sigas reflexionando sobre el tema.
- En tu diario vivir, observa cuál de estas preguntas toca algún significado: ¿Eres de los que Das sin esperar nada a cambio? ¿Cómo te sientes cuando te regalan algo sólo porque si? ¿Qué dices o haces cuando recibes un cumplido? ¿Qué haces cuando alguien te ofrece su ayuda con alguna situación encajonada (trabajo, amigos, familia)?¿Te es fácil pedir ayuda a los demás (amigos, familia, etc.)?
- ¿Qué te mueve a dar a los demás?: ¿Ser considerado una buena persona? ¿Una manera de probar tu valor a otros? ¿Necesidad de ser indispensable?
- ¿Qué ha estado impidiendo que recibas?: ¿Incomodidad? ¿Ensimismamiento? ¿Vergüenza? ¿Un sentido de falta de merecimiento? ¿Si recibes algo, ya no serás una buena persona? ¿Recibir te hace menos?
Si alguna de las preguntas anteriores toco alguno o muchos de tus significados personales, te sugiero algunas prácticas para que encuentres tu equilibrio y sigas abriendo tu vida a la abundancia.
Para aquellos que sólo saben “Dar”
- Realiza el siguiente ejercicio: “Pide conscientemente dos veces al día durante 21 días». Puedes pedir cosas simples como «Pedir que te ayuden a cargar algo, que te inviten a tomar un café, que te paguen el UBER». La idea, del ejercicio es que seas consciente de la importancia de pedir cosas que normalmente no pedirías y de manera repetitiva, para que tu cuerpo aprenda.
- Siguiente ejercicio: Sé consciente de las oportunidades que surgen en tu día a día para “recibir”, cuando te ofrecen algo que normalmente rehusarías y donde normalmente te convertirías en dador, y practica recibir, diciendo «Gracias».
Para aquellos que sólo saben ser “Recibidores”
- Realiza el siguiente ejercicio: Busca personas a tu alrededor (familia, amigos, compañeros, etc.) y busca devolver, en acciones (escuchar, ofrecer tu ayuda, apoyar, etc.) un poco de lo mucho que recibes, hazlo conscientemente, comprende cómo se conecta lo que recibes con lo que das.
- Pon atención a lo que sucede a tu alrededor, y a las oportunidades que hay para ayudar y/o dar a alguien. Pueden ser cosas muy simples como: ceder tu asiento, llamar a alguien por teléfono que sabes tiene una necesidad, y preguntarle si hay algo que tú puedas hacer para ayudar.
Con estas prácticas no estarás yendo en contra de tu naturaleza, sino que estarás practicando el aprendizaje adulto, creciendo, desarrollándote, para un mayor bienestar en tu vida. Vas a darte cuenta de que dar y recibir no son energías opuestas, sino polos de una misma energía de intercambio que al estar en equilibrio, fortalece todas tus relaciones.
Te mando un abrazo.
¡Gracias por leerme!
¡Piensa, actúa y vive con pasión!